Quienquiera que alguna vez haya usado aplicaciones de citas sabe que son lo más parecido a un zoológico virtual. Y no solo en el sentido tan ocurrente como machirulo patentado por mi amigo y excumpa de la facultad Javitus, quien decía nunca haber jugado al Pokemón Go porque él “para coleccionar bichos” ya usaba Tinder.
Los tocayos
El prode de la copa
Nadie hablaba aún del cambio climático. Pero fuese por la sensación térmica o el caldo hormonal, ese diciembre de principio de década marcaba cuarenta grados a la sombra constantes. Por eso, la mayoría de nuestras salidas grupales diurnas terminaban o en el recién inaugurado Unicenter Shopping o bien en una casa, amuchados alrededor del aire acondicionado.